Muere a los 73 años la peregrina de la paz Agnes Abuom

Muere a los 73 años la peregrina de la paz Agnes Abuom

Laica anglicana, Abuom se convirtió en 2013 en la primera mujer y la primera africana en ocupar el cargo de moderadora del Comité Central del Consejo Mundial de Iglesias (CMI), al ser elegida por aclamación en la 10ª Asamblea del CMI, celebrada en Busan (República de Corea). Ocupó el cargo hasta la 11ª Asamblea del CMI en septiembre de 2023, celebrada en Karlsruhe (Alemania). Abuom fue presidenta del CMI de 1999 a 2006.

Abuom fue sucedida como moderadora del Comité Central del CMI en septiembre de 2022 por el obispo Heinrich Bedford-Strohm, quien comentó: «Después de recibir esta triste noticia, acabo de ver su último vídeo en la página web del CMI, que es algo así como su legado para nosotros como nuevos dirigentes. Me ha conmovido mucho oírla hablar. Dice: «No es invierno, sino verano con verde y frutos, aunque amenazados. En el viaje alguien fue llamado a casa, pero eso forma parte de la peregrinación. Perdemos gente, otros se nombran y continúan…».

dijo Bedford-Strohm: «Siempre la recordaré con cariño. Es triste perderla tan pronto después del final de su servicio al CMI. Me alegro de que aún haya experimentado el honor de ser nombrada canóniga anglicana. Echaremos de menos su amor, su sabiduría, su bondad, su confianza, su inspiración. Ahora está reclinada en los brazos eternos».

El Rev. Prof. Dr. Jerry Pillay, cuyo mandato como secretario general del CMI comenzó en enero de este año, dijo: «El CMI lamenta la pérdida de su ex moderadora inmediata, la Dra. Agnes Abuom, que falleció el 31 de mayo tras una breve enfermedad. Era una mujer de espíritu humilde, gran compasión y fe inquebrantable. A pesar de su baja estatura, poseía una energía, una fuerza y una visión de liderazgo fuera del alcance de muchas personas de su edad».

Pillay añadió: «Su sabiduría, paciencia, capacidad de escuchar, sensibilidad y firmeza le conferían las cualidades de una líder dinámica y sabia. El CMI tuvo la bendición de contar con ella durante muchos años en el movimiento ecuménico y después, en los últimos 8 años, como moderadora del Comité Central. Su pasión por la unidad de los cristianos, la justicia y la paz fue lo que la impulsó a prestar un servicio sacrificado e incansable al CMI. Siempre la recordaremos con alegría y agradecimiento. «Bienaventurados los que mueren en el Señor, ellos vivirán para siempre».

Pillay concluyó: «Que la presencia y el poder del Espíritu Santo traigan consuelo, consejo, paz, amor, fortaleza y esperanza a la familia de Agnes, a sus amigos, a la iglesia y a todos los que la conocieron y la amaron en el CMI y más allá. Que la gracia de Dios os baste a todos».

La obispa Mary Ann Swenson, ex vicemoderadora del Comité Central del CMI, dijo que Abuom fue una bendición. «Recuerdo nuestra primera vez juntas en Ginebra en diciembre de 2013», dijo Swenson. «Ella me llevó al servicio por Santa Lucía en la Iglesia Anglicana cerca de nuestro hotel, y aprendí sobre los años de Agnes en Suecia. Hoy honramos a Santa Inés. La echaré de menos todos los días de mi vida. Era una líder extraordinaria. Para nosotras, caminar juntas durante nueve años en nuestra Peregrinación de Justicia y Paz ha sido el mejor viaje de mi vida. Gracias a Dios por la vida y el testimonio de esta mujer asombrosa».

El Reverendísimo Dr. Olav Fykse Tveit, obispo presidente de la Iglesia de Noruega y ex secretario general del CMI de 2010 a 2020, dijo que Abuom era una de las grandes personalidades y líderes de la familia cristiana mundial de nuestro tiempo. «Los años que trabajamos juntos, dirigiendo la labor del Consejo Mundial de Iglesias, permanecerán como recuerdos preciosos y momentos de bendición que atesoraré para siempre», dijo Tveit. «La Dra. Agnes era una hija de África, extremadamente dotada y facultada por Dios para plantear las grandes cuestiones de la unidad entre los pueblos y entre las iglesias de todo el mundo».

Tveit reflexionó sobre la sabiduría, la pasión y la espiritualidad de Abuom, construidas sobre su fe y sus costosas experiencias. «La Dra. Agnes fue una campeona de la verdadera unidad cristiana, una unidad en la fe, la esperanza y el amor, con justicia y paz para todos», dijo. «Dirigió nuestra lucha conjunta en el movimiento ecuménico por la unidad, la paz y la justicia en todo el mundo con compasión y competencia profesional, arraigada en una profunda espiritualidad: ‘¡Oremos! Por favor, guíanos en la oración!’ -así comenzaba y concluía siempre cualquier sesión de trabajo».

Tveit añadió que Abuom animaba a la gente a utilizar sus dones y su tiempo para servir a Dios en los llamamientos que les daban las iglesias. «Nos lo transmitió a mí y a otros de forma personal, animándonos y retándonos a ser valientes y fieles a nuestra vocación», dijo Tveit. «Mientras dirigía el Consejo Mundial de Iglesias, pero también en muchas otras tareas que aceptó, nos ha dado un modelo único de liderazgo y discipulado».

Abuom fue una inspiración particularmente profunda para las mujeres y el liderazgo laico en la iglesia, concluyó Tveit. «Como Dios la ha llamado ahora al descanso eterno, ofrezco mi agradecimiento al Dios Trino por concederme el don de conocer y trabajar junto a esta gran mujer, nuestra querida hermana, la Dra. Agnes Abuom».

Los últimos años de Abuom como moderadora estuvieron marcados por los cambios provocados por la pandemia de COVID-19 y por su trabajo con el Secretario General en funciones, el Rev. Prof. Dr. Ioan Sauca. «Estoy muy orgullosa de nuestro trabajo juntos», afirmó. «A pesar del sufrimiento y la muerte causados por el virus, Agnes vio claramente la pandemia como un desafío pastoral definitorio para que las iglesias acompañen a los que sufren, consuelen a los que están de duelo, exijan asistencia sanitaria para los afligidos e innoven compartiendo los dones de una espiritualidad ecuménica verdaderamente global».

Sauca añadió: «Estoy desolada; para mí no era sólo una moderadora, sino una mujer santa; vivía su fe en todo lo que hacía. Tenemos que estar agradecidos a Dios por el gran regalo que nos ha hecho en la persona de Agnes. La echaremos mucho de menos».

Rudelmar Bueno de Faria, secretario general de la Alianza ACT, expresó su tristeza. «El compromiso de Agnes con el mundo ecuménico no tenía parangón, y su pérdida se sentirá en todo el mundo», dijo. «El apoyo de Agnes al ecumenismo fue muy apreciado por la Alianza ACT, y su apoyo a la diaconía ecuménica de las iglesias fue una parte importante de su ministerio».

La Dra. Theodora Issa, del Patriarcado Ortodoxo Sirio de Antioquía y Todo el Oriente, expresó su extrema tristeza. «La repentina partida de Agnes ha sido un shock y me he quedado sin palabras al leer la noticia en el sitio web del CMI», dijo. «Agnes siempre fue apasionada y compasiva, con gran paciencia, especialmente durante los debates acalorados, mientras que siempre buscaba y localizaba los puntos comunes y se basaba en ellos para alcanzar el consenso final».

El Metropolitano Prof. Dr. Nifon de Targoviste, Iglesia Ortodoxa Rumana, rindió homenaje a la vida de Abuom como líder eclesiástica mundial respetada y querida.

«Fue una excelente compañera llena de bondad y sabiduría», afirmó. «Trabajamos juntas en la dirección del Comité Central del CMI y en la XI Asamblea del CMI en armonía y espléndida cooperación. Ahora estamos seguros de que su espíritu está siempre presente entre nosotros. Todos debemos ofrecer ahora oraciones de acción de gracias por su vida y su obra y preservar su memoria».

La Prof. Dra. Isabel Apawo Phiri celebró a Abuom por ser un modelo para las mujeres africanas que lideran el movimiento ecuménico.

«Sirvió al movimiento ecuménico con pasión, dedicación, humildad y oración», dijo Phiri. «En tiempos difíciles en el CMI, solía movilizar a sus compañeros de oración para que rezaran con ella. Ha corrido su carrera y ha pasado el testigo del liderazgo ecuménico. Su legado perdurará durante mucho tiempo. Que descanse en paz eterna».

La Rev. Prof. Dra. h.c. Cornelia Füllkrug-Weitzel, ex presidenta de Brot für die Welt y Diakonie Katastrophenhilfe, describió a Abuom como un regalo de Dios para toda la familia ecuménica, especialmente para las mujeres.

«Un modelo de liderazgo femenino, que anima, inspira y empodera a las mujeres más jóvenes, dándoles espacio, ayudándolas a encontrar su camino y su lugar en unas iglesias muy dominadas por los hombres. ¡Que su apasionada búsqueda y expresión de la verdad, su visión profética, su servicio a los pobres como partes centrales de su fiel discipulado nos guíen en nuestros propios caminos!», dijo Füllkrug-Weitzel. «¡Gracias a Dios por este regalo!».

El Hno. Guido Dotti, de la Comunidad Monástica de Bose, Italia, dio gracias al Señor por el don de Abuom. «Recuerdo con gratitud los momentos compartidos durante las diversas etapas de nuestra Peregrinación de Justicia y Paz, especialmente la última Visita del Equipo Peregrino en Palermo, Lampedusa y Roma», dijo. «Inés contempla ahora el rostro de Aquel a quien tanto buscó. Que su ejemplo sea un fuerte recordatorio para que sigamos juntos al Señor Resucitado.»

El Rev. Dr. Walter Altmann, antiguo moderador del Comité Central del CMI, dijo que recibió la noticia de la muerte de Abuom con gran consternación. «Era una sierva de Dios muy fiel y extraordinariamente comprometida con el movimiento ecuménico», dijo Altmann. «En particular, dedicó sus servicios voluntarios, siempre competentes, incluso con grandes sacrificios personales, al CMI».

Altmann señaló también que Abuom era una laica con un alto sentido teológico y pastoral de las cuestiones en juego, especialmente cuando eran controvertidas. Recordó cuando se convirtió en la primera mujer elegida moderadora del Comité Central del CMI, «un acontecimiento verdaderamente notable en la vida de esta organización ecuménica», dijo Altmann. «Recuerdo la ocasión en Busan (2013), cuando ella se acercó a mí, todavía algo reacia a aceptar el desafío que muchos le pedían que aceptara. Me sentí muy agradecido cuando finalmente lo hizo. Ahora ella descansa en el hogar celestial y nosotros continuamos nuestra peregrinación, profundamente agradecidos por su testimonio.»

La Iglesia Evangélica de Alemania lamentó la pérdida, y la presidenta del Consejo, Annette Kurschus, recordó el servicio de Abuom en la 11ª Asamblea del CMI en Karlsruhe. «Fue gracias a sus incansables esfuerzos y a su liderazgo, tan firme como sensible, que se pudo preparar y finalmente llevar a cabo esta reunión durante la pandemia», dijo Kursch.

La obispa de la Iglesia Evangélica en Alemania, Petra Bosse-Huber, reconoció a Abuom como una de las mujeres formadoras del movimiento ecuménico. «Agnes Abuom es una de esas mujeres cuyo rostro ha configurado decisivamente el movimiento ecuménico mundial. Era una hija de África. Para mí fue como una hermana en el Comité Central del CMI durante muchos años; los más jóvenes podrían decir que es una madre del movimiento ecuménico», dijo Bosse-Huber. En cualquier caso, ha sido una inspiración especial para los adultos más jóvenes, animándoles a utilizar sus dones y capacidades en el movimiento ecuménico». Nos unimos a todos los que estos días recuerdan a Agnes Abuom en todo el mundo, entristecidos e infinitamente agradecidos por todo lo que Dios ha hecho a través de ella por la comunión de las iglesias.»

El Consejo Cristiano de Suecia expresó su profunda tristeza. «Como primera mujer y primera moderadora africana del Consejo Mundial de Iglesias, tuvo un enorme impacto en la revitalización del movimiento ecuménico mundial», escribió el Consejo Cristiano de Suecia. «Hemos perdido a una notable modelo y líder en la comunidad ecuménica».

El Secretario General de la Comunión Anglicana, el obispo Anthony Poggo, también rindió homenaje a la vida de Abuom y a sus contribuciones. «La Dra. Abuom fue una apasionada ecumenista y pacifista, y su ministerio la llevó por todo el mundo», escribió Poggo. «Los anglicanos lloran la muerte de la Dra. Agnes Abuom y dan gracias a Dios por su destacado y ejemplar liderazgo dentro de la Iglesia Anglicana de Kenia, la Comunión Anglicana, y en el movimiento ecuménico y el Consejo Mundial de Iglesias».

La secretaria general de la Federación Luterana Mundial, la Dra. Anne Burghardt, también lamentó la muerte de Abuom. «La Dra. Abuom hizo historia como la primera mujer y la primera africana en el cargo de moderadora del CMI. Fue una líder humilde, comprometida y visionaria, que ofreció un excelente ejemplo de liderazgo de servicio a los cristianos de todo el mundo».

Su Santidad Aram I, Catholicos, Iglesia Armenia Santa Sede Cilicia, Antelias, Líbano escribió un homenaje a Abuom. «Rezamos y recordamos a Agnes Abuom, y compartimos nuestras reflexiones y experiencias sobre su viaje ecuménico», escribió. «Ella continuó su largo y duro viaje, entregando todo su compromiso a su fe cristiana, al movimiento ecuménico y a África».

Un mensaje del arzobispo de la Iglesia Anglicana de Kenia expresaba su profundo pesar. «Su vida ha impactado a tantos ecumenistas en todo el mundo y deja tras de sí un rico legado de líderes humildes, probados, reflexivos y comprometidos», reza el mensaje. «Nunca rehuyó expresar lo que creía que era el enfoque correcto para construir instituciones nacionales, regionales y mundiales fuertes».

El rabino David Fox Sandmel, presidente del Comité Judío Internacional de Consultas Interreligiosas, dijo que le entristecía conocer el fallecimiento de Abuom. «Llegué a conocer bien a Agnes como observador interreligioso de la Peregrinación de Justicia y Paz; era una mujer increíble. Recordaré su inteligencia, su sabiduría, su inquebrantable brújula moral, su fuerza tranquila y su sonrisa eléctrica», dijo. «Que su memoria sea una bendición».

Anjeline Okola, coordinadora de programas de la Red Ecuménica de Defensa de las Personas Discapacitadas del CMI, reflexionó que se trata de una gran pérdida para la familia ecuménica. «El legado de Mama Agnes como primera mujer africana moderadora del Comité Central del CMI y la forma en que lo dirigió fue algo que nos llenó de orgullo», dijo Okola. «Pero también era local, por su participación en muchas iniciativas interreligiosas de paz en todo el país, a algunas de las cuales me invitó o me pidió que la representara. Mama Agnes, fuiste mentora, alentaste y allanaste el camino para muchos. Ahora que entras en el descanso eterno, gracias».

El Consejo Nacional de Iglesias de Corea expresó su más sentido pésame.

«En particular, como primera mujer y primera africana en ocupar el cargo de moderadora del Comité Central del CMI, dirigió a la comunidad ecuménica internacional en la Peregrinación de Justicia y Paz y demostró un profundo liderazgo espiritual en medio de las crisis del COVID-19 y la división de las iglesias», declaró el Consejo Nacional de Iglesias de Corea. «Esto contribuyó en gran medida al cumplimiento de la misión profética de Cristo y al acompañamiento de la comunidad eclesial en cada región con una relación de sincera cooperación, y quedará registrado como un gran logro y legado del movimiento ecuménico».

La Iglesia Evangélica de Hesse y Nassau (Alemania) recordó a Abuom como una personalidad destacada que luchó por la igualdad de género, la justicia social y la paz. «Fue una fuerza impulsora del cambio e inspiró a personas de todo el mundo con su compromiso y su visión», declaró la iglesia. «Su muerte deja un enorme vacío en el movimiento ecuménico. Sin embargo, su memoria servirá como fuente de inspiración y motivará a aquellos que han sido influenciados por su legado a continuar su trabajo.»

El Dr. Marcelo Schneider, responsable de comunicación del CMI, dijo: «La visión de la Dra. Agnes para el CMI, profundamente arraigada en el mandato primordial de la unidad, y su decidido compromiso con la justicia y la paz, han moldeado nuestros corazones y nuestras mentes durante las últimas décadas. Habiendo sido testigo de cómo dirigía tantas reuniones de los órganos rectores del CMI, he visto lo crucial que fue su estilo de dirección para el Consejo, especialmente durante los tres últimos años tan difíciles y durante nuestra 11ª Asamblea. Nunca dejó de lado a las personas en la peregrinación ecuménica. Y a través de sus palabras y hechos, siempre había más espacio para acoger a otros. Que su legado resuene con fuerza en todos los niveles de la comunidad del CMI».

Una niña del movimiento

El viaje ecuménico de Abuom comenzó mucho antes de su elección como moderadora.

Nacida en el noroeste de Kenya en 1949 en el seno de una familia con cuatro hermanos, las raíces ecuménicas de Abuom eran profundas, con miembros protestantes, católicos, anglicanos y pentecostales en su familia y una educación temprana en escuelas misioneras. Su compromiso político también surgió pronto y de forma infalible, remontándose a su época de estudiante en la Universidad de Nairobi, cuando su activismo cristiano la llevó al exilio y, más tarde, a la cárcel.

«Mi trayectoria religiosa es bastante interesante», declaró a un entrevistador en 2009. «Yo estaba llegando a la mayoría de edad en la época del pensamiento de izquierdas, y combinar el pensamiento de izquierdas y la fe no era fácil. Las iglesias a menudo se sentían incómodas con el socialismo y muchos de los movimientos políticos de izquierdas rechazaban la religión. Pero, a pesar de todo, pude combinar mi sentido izquierdista de la justicia y mi fe. Más tarde descubrí que se reforzaban mutuamente. Mis ideas sobre la justicia social estaban muy informadas y reforzadas por mi fe. En esto me inspiré y saqué fuerzas del ejemplo de mi abuela, la líder religiosa, que rompió barreras étnicas y culturales, rechazando la mutilación genital femenina y avanzando en nuevas direcciones».

Abuom se involucró con el Consejo Mundial de Iglesias cuando se celebró la asamblea del CMI en Nairobi en 1975. También participó en organizaciones estudiantiles y en política; esta última causó controversias que la llevaron a dejar Kenia por Suecia en 1975. Allí aprendió sueco y se licenció en educación. Tras dos años como trabajadora juvenil para el CMI en Ginebra, regresó a Suecia y se doctoró en misionología con una tesis sobre «El papel de las organizaciones no gubernamentales en el desarrollo». Trabajó en la Subunidad de Juventud del CMI en la década de 1980 y más tarde se ocupó de cuestiones relacionadas con los refugiados para el CMI en Sudán, y trabajó durante dos años en Zimbabwe como tutora.

De regreso a Kenia en 1989, Abuom fue encarcelada por su oposición al Presidente Daniel Arap Moi. Después pasó a trabajar para la Iglesia Anglicana de Kenia, sobre todo en cuestiones de desarrollo nacional, y a partir de 1991 en un programa de educación cívica.

El marido de Abuom, Wilfred, falleció en 2014.

Agnes Abuom fue miembro del Comité Central del CMI durante tres mandatos consecutivos, primero como presidenta del CMI (1998-2006), después como miembro (2006-2013) y moderadora del Comité de Examen de Políticas, y más tarde como moderadora del Comité Central (2013-2022). Su primera asamblea del CMI fue la de Nairobi (1975). Fue delegada de la Iglesia Anglicana de Kenia en las asambleas de Harare (1998), Porto Alegre (2006), Busan (2013) y Karlsruhe (2022). Fue moderadora del comité de asuntos públicos en Porto Alegre, moderadora del comité de referencia política en Busan y moderadora de la asamblea en Karlsruhe. También fue miembro de la Comisión Especial sobre la Participación de los Ortodoxos en el CMI y del Comité Permanente sobre Consenso y Colaboración.

También había sido consultora de desarrollo al servicio de organizaciones keniatas e internacionales y coordinadora de programas de acción social para la sociedad religiosa y civil, especialmente en el Cuerno de África, estableciendo su propia agencia, TAABCO Research and Development Consultants, en 1997.

Abuom también colaboró estrechamente con la Conferencia de Iglesias de Toda el África, el Consejo Nacional de Iglesias de Kenia y las iglesias miembros del CMI en África, así como con Religiones por la Paz.

Dados estos compromisos, para Abuom, el compromiso creativo y práctico con los migrantes, los supervivientes de abusos o las víctimas de la violencia significa también replantear la práctica del ecumenismo. «El testimonio de muchos en la vanguardia de las luchas exige que nos alejemos de la cultura de las conferencias y las declaraciones y empecemos a comprometernos en acciones que alimenten la esperanza y las alternativas», dijo al Comité Central en 2016. «En el Evangelio hay espacio para el desacuerdo, pero no para el desentendimiento».

Una mirada retrospectiva a su trayectoria

Como moderadora del CMI, Abuom ha dicho: «Vi el movimiento divino de Dios en el momento en que toda la empresa del discernimiento y la toma de decisiones por consenso se hizo realidad» en el consejo, modelando y prometiendo una estructura menos jerárquica y más abierta también en las iglesias y comuniones mundiales.

«Cuando salí del Consejo, me quedé con esta experiencia tan importante de construcción de consenso, de toma de decisiones por consenso, de discernimiento de la voluntad de Dios. Es algo que resuena mucho en mí y, por supuesto, cuando te dedicas a la mediación, la reconciliación y la consolidación de la paz, ¿en qué otra cosa podrías basar tu trabajo?».

Reflexionando a finales de 2022 sobre los últimos diez años del Consejo, Abuom destacó la Peregrinación de Justicia y Paz como un motivo y una estrategia realmente atractivos y exitosos para el trabajo del Consejo y como un agente para profundizar en la comunión ecuménica, incluso durante la COVID, haciendo hincapié en la vida espiritual de la oración y el compartir. Citó muchos logros genuinos, entre ellos la renovada comprensión del servicio cristiano reflejada en el documento sobre la diaconía ecuménica, el avance del consenso sobre las cuestiones de la sexualidad humana que siempre causan divisiones (en Conversaciones sobre el Camino de Peregrinación), y el papel reforzado, de hecho «fundamental», de las comunicaciones en la labor mundial de la comunidad.

Las décadas de dedicación de Abuom le han valido numerosos elogios y honores. En 2017, fue galardonada con la Cruz de Lambeth para el Ecumenismo por el Arzobispo de Canterbury «por su excepcional contribución al Movimiento Ecuménico, por su trabajo con el Consejo Mundial de Iglesias y actualmente su Moderadora.» En 2018, una de las mayores universidades privadas de Noruega, la Universidad Especializada VID, le concedió un doctorado honoris causa, afirmando específicamente que «ha demostrado cómo el conocimiento académico puede traducirse en acción práctica con un claro enfoque teológico y diaconal.» Y en 2019, en Estados Unidos, Abuom recibió el Premio del Presidente del Consejo Nacional de Iglesias a la Excelencia en el Liderazgo Fiel, siendo reconocida por su «liderazgo excepcional y arriesgado.»

«Sigo esperando en el Señor»

La perenne búsqueda de la unidad de los cristianos, sostuvo, puede abrir nuevas perspectivas ecuménicas a través de la solidaridad por la justicia social, viendo a las iglesias como comunidades de reconciliación. «La peregrinación tiene que ver con la esperanza que irrumpe en nuestro presente, motivándonos a seguir adelante, superando obstáculos. . . Necesitamos abandonar la nostalgia del pasado, dejar a un lado nuestras agobiantes preocupaciones e instrumentos que han superado su propósito y aventurarnos en nuevas y relevantes áreas de compromiso».

Defensora de la justicia de género, Abuom hizo suya la visión de la campaña del CMI contra la violencia sexual y de género, Los jueves de negro, que trabaja para llegar a un día en el que «no haya más violencia sexual y de género porque la iglesia se habrá mantenido firme con los vulnerables, con los supervivientes, y habrá dicho: ‘¡Ya basta! «La Dra. Agnes Abuom fue la primera Embajadora de los Jueves Negros del CMI, y utilizó conscientemente sus plataformas nacionales e internacionales para compartir las realidades de la violencia de género y el papel de las iglesias a la hora de abordar sus causas profundas.

Incluso acogiendo con satisfacción su nuevo papel como canóniga laica de la Iglesia Anglicana en Kenya, seguía impaciente con la iglesia. «Me ha dolido que mi propia comunión no haya podido resolver de manera amistosa cuestiones de sexualidad humana», declaró recientemente. «Sigo esperando en el Señor».

Al pensar en el futuro del movimiento ecuménico y del Consejo, Abuom subrayó el papel vital del CMI y «el mayor desafío» de cimentar la unidad entre las iglesias, abordar las cuestiones de la juventud, profundizar el compromiso con otras religiones y, sobre todo, trabajar en los problemas de la injusticia, la violencia y el empeoramiento del clima para la supervivencia de las personas y del planeta. «Tenemos que actuar», afirmó. «Ya no podemos limitarnos a rezar y plantar árboles».

El compromiso incondicional de Abuom con la justicia era contagioso. «Cuando la Dra. Agnes Abuom termina de hablar contigo», escribió un entrevistador en 2021, «te dan ganas de hacer una de estas dos cosas: dar un puñetazo al aire y gritar ‘¡nos levantaremos! O sentarte en un rincón tranquilo y preguntarte: ‘¿cuál es mi contribución a la humanidad? «

Publicación original en https://www.oikoumene.org/news/peace-pilgrim-agnes-abuom-dies-at-73 (en inglés)

El grito final del abandonado de Dios. Mateo 27: 32–56 (Barcelona, viernes 7 de abril de 2023)

El grito final del abandonado de Dios. Mateo 27: 32–56 (Barcelona, viernes 7 de abril de 2023)

Hoy es el viernes santo, el día que conmemoramos la crucifixión del Señor. Y nuestra meditación en la Palabra para hoy, se basa en Mateo 27: 32–56.
Nosotros hemos leído y hemos escuchado el evangelio de Mateo. Y con ello participamos de lo que se hace en las comunidades cristianas desde el primer siglo: somos llevados por el relato del evangelio hasta el momento final de la vida de Jesús de Nazaret. Es importante recordar lo que estamos haciendo: hacemos memoria de lo pasó en el Gólgota, escuchamos el relato del evangelio y meditamos en lo que nos dice. Esto lo hacemos como parte de una tradición, como algo que hacían las comunidades cristianas desde el siglo 1.
Recordemos que el evangelio de Mateo se escribió en los años posteriores al año 80 d.e.c. y que se leía en las comunidades cristianas en muchos lugares del imperio romano (se sabe que Mateo fue el evangelio que más se difundió) y que, por tanto, la lectura del evangelio ante toda la comunidad era la manera de hacer presente la vida, la muerte y la resurrección de Jesucristo. Es así como participamos de la conmemoración: escuchando el evangelio y entrando en ese itinerario. Seguimos a Jesús y caminamos en pos de sus pasos.
Escuchamos sus enseñanzas y miramos cómo cura a cojos y ciegos. Nos asombramos de la manera como nos habla del reino de los cielos y queremos participar de ese mundo nuevo de Dios. Y toda la vida de Jesús conduce hasta este momento, según nos lo muestra Mateo. Todos los caminos de Galilea y Judea, siguiendo a Jesús, nos han llevado a Jerusalén y a los días tan intensos y finales de Jesús, donde sigue curando a los enfermos y hablándonos del reino de Dios que abre sus puertas desde el perdón y la inclusión de todos, comenzando por los más pequeños del
mundo, comenzando por los perdedores de siempre.
Pero el final es oscuro. Muy oscuro.
Hemos de recordar que este relato habla de aquello que confiesan los cristianos que escuchan la lectura de Mateo. Y lo han hecho por décadas, a lo largo del imperio romano: son cristianos quienes confiesan que ese hombre crucificado, ese despojo humano, es su Señor, es su Dios, de modo definitivo. Y están locos esos cristianos, son insensatos, porque creen en algo simplemente increíble, algo que nadie puede tragarse en su sano juicio.
Pero nosotros escuchamos el relato de Mateo: Jesús es traicionado por sus más allegados, sus más fieles: por 30 monedas de plata es vendido por su amigo; antes de que cante el gallo es negado por su mejor amigo, que así salva su pellejo. Jesús es sometido a juicio sumario, con todo el peso del poder que ha decidido matarlo. Y es sometido a la flagelación romana, para ser crucificado enseguida. Es objeto de la burlas, del escarnio, de los militares romanos. También es objeto del escarnio de la gente que pasa, que lo observa colgando de la cruz.
Este es el relato de Mateo, que quiere que veamos claramente que la muerte de Jesús es el rotundo fracaso del hombre de Dios. Jesús es el abandonado de Dios, lo que en judío quiere decir el maldito de Dios.
El evangelio nos coloca en la más profunda oscuridad, porque es aquí donde ocurre lo central para la fe cristiana. En esa ejecución está el Hijo de Dios y es ese Hijo de Dios quien muere como un auténtico despojo humano. El Hijo de Dios muere como la basura del mundo: ¿cómo mueren los y las que son desecho de la sociedad? ¿Cómo cae la violencia e impiedad de nuestra sociedad sobre los olvidados de los olvidados?
Pero Jesús se mantiene bastante callado. Casi no dice nada ante Pilato (27: 11) y luego no hallamos palabras suyas en todos los versos siguientes. Jesús es azotado, es humillado y recibe escupitajos, es obligado a cargar con el travesaño de la cruz, donde le clavarán. Pasan las horas. Y entonces somos testigos del grito de Jesús: Alrededor de la hora nona Jesús prorrumpió en un grito tremendo: —Eli, Eli, lema sabaktani, que se traduce: «Dios mío, Dios mío, por qué me has abandonado» (27: 46, Piñero: Los libros del Nuevo Testamento) Mateo lo relata así. En los labios de Jesús está el grito del salmista, el inicio del Salmo 22:
Dios mío, Dios mío, / ¿por qué me has abandonado?, / ¿por qué no
vienes a salvarme?, / ¿por qué no atiendes a mis lamentos? / Dios mío, /
día y noche te llamo, y no respondes / ¡no hay descanso para mí! (Sal 22: 1–2)
Este es el grito de Jesús, colgado de la cruz. Es el grito que clama a Dios, a un Dios que no le responde nada, a un Dios que no aparece por ningún lado. Esa ausencia de Dios se expresa también en los comentarios y las burlas de quienes miran la escena:
—Este llama a Elías.
Y sin más uno de ellos salió corriendo, tomó una esponja, la empapó en vinagre, la clavó en la punta de una caña y le ofrecía de beber. Los demás
decían:
—Quita, veamos si viene Elías a salvarlo. (27: 47–49)
Elías era el profeta del fin del mundo, que estaba muy presente en la devoción popular judía. Su llegada era esperada con la ilusión de quienes ya no tienen más que ilusiones porque la realidad es oscura. Y Elías no llega para salvar a Jesús, no aparece para desclavarlo de la cruz.
Es la hora más oscura, es la prevalencia de las tinieblas más oscuras. Es el infierno de todo aquel, de toda aquella, que vive y muere en el mundo como despojo humano, como abandonados u olvidados por Dios. Entonces, Mateo nos relata el final de Jesús:
Jesús dio de nuevo un alarido y entregó el espíritu (27: 50)
Y nosotros somos la comunidad de creyentes que escuchamos el relato. Y el evangelio nos dice que así muere Jesús: como el abandonado de Dios.
Y este abandonado de Dios no ha abandonado a Dios. Sus gritos desde la cruz siguen clamando a Dios, aunque Dios no le responda. Sus gritos rezan el Salmo 22, que claman a un Dios que no aparece, pero que rezan porque siguen esperando en el Dios que viene, en el Dios que cumplirá fielmente con su promesa.
¿Por qué, en Mateo, aparece este verso que dice que Jesús da un alarido, un grito final, antes de morir? Porque este grito de Jesús en la cruz es el grito de cada hombre y mujer que también han sido y son un despojo de humanidad. Este grito de Jesús es el grito de cada muerte injusta y de toda la violencia del mundo. Este grito es el grito silenciado de Abel, asesinado por su hermano Caín. Este grito es el grito de cada mujer asesinada por el cobarde abuso de hombres que cometen los feminicidios. Es el grito de cada niño y niña, abusados y explotados hasta el asesinato de su alma y su cuerpo. Es el grito final que nos atraviesa a todos, seamos o no conscientes de ello.
Porque también nosotros, aún cuando no estemos en ese lugar de violencia y opresión de los pequeños del mundo, también nosotros hemos sido ese grito. Porque todos hemos sido un grito por la noche, un grito que clama y que reclama un amor que le abrace y le proteja. Y en ese grito de la noche reside la dignidad de lo humano, en ese grito hay alguien que no es más que ese grito, pero que clama por una respuesta, por una respuesta que no sea la impiedad, la injusticia del interés y del poder.
Y Mateo quiere que escuchemos el relato de la muerte de Jesús, quien muere en ese grito que se queda en el silencio de la noche, en la noche del abandono de Dios. Pero Jesús muere creyendo, confesando a Dios, desde su grito final. Y eso es simplemente algo increíble, algo que no se puede entender, porque es algo que ya no pertenece a las posibilidades del mundo.
Por eso Mateo (vs. 51–53) habla del terremoto, del velo del templo que se rasga y de los muertos que resucitan: porque una vida irrumpe a partir de esa muerte, una vida que es trastocamiento del mundo, final de toda religión y victoria sobre la muerte.
Es Dios quien muere en el abandonado de Dios. Es Dios quien grita desde la cruz. Es Dios quien está en el grito de cada crucificado. Es Dios quien cuelga de la cruz y en ese grito se redimen todos los gritos de los más pequeños del mundo.
Esto es lo que confiesa un pagano, como es el centurión, quien al pie de la cruz dice «Verdaderamente este era Hijo de Dios» (v. 54). Ese pagano, ese
centurión somos muchos de nosotros, que formamos parte de la comunidad de creyentes que escucha el evangelio de Mateo. Y decimos que sí, que es verdad lo que dice el evangelio: que ese crucificado es nuestro Señor, es mi Dios.
Esto lo expresa muy bien mi amigo José Cobo: ―Lutero dijo que un cristiano es aquel que, al pie de la cruz, llega a confesar: «este es Dios —este es mi Señor». Hoy en día, y recurriendo a la jerga adolescente, podríamos decir: «este pellejo es el puto amo»‖.
Y nosotros escuchamos el relato de la crucifixión desde la experiencia pascual, desde la fe que comenzó a testificarse a partir de la resurrección de Jesús. Y esa fe nos fue dada por el testimonio de otros, como esas mujeres que estaban allí mirando desde lejos (v. 55).
Nosotros somos esas mujeres o somos ese centurión. Estamos también rodeados de oscuridad, de injusticias. Y miramos al que da un alarido en medio del silencio del mundo. Y la fe que nos fue dada nos dice que en ese alarido está Dios, en ese grito está la esperanza del mundo.
Que el Señor nos ayude a creer, que nos ayude a mirar con esos ojos del evangelio de Mateo. Que nos ayude a escuchar ese grito en los otros gritos que claman por el mundo. Que nos ayude a confesar lo que es inconfesable, lo que es increíble. Porque Jesús murió creyendo, confiando en la promesa de Dios.
Amén.

Víctor Hernández Ramírez

África Europa Foro Ecuménico sobre Migración

África Europa Foro Ecuménico sobre Migración

Desde el 15 de marzo de 2023, representantes de la Conferencia de Iglesias de Toda África (AACC), la Comisión de Iglesias para Migrantes en Europa (CCME), la Iglesia Evangélica Luterana del Norte de Alemania (Nordkirche), instituciones e iglesias alemanas, así como el Consejo Mundial de Iglesias (CMI), se reunieron durante cuatro días en Hamburgo para intercambiar experiencias e ideas sobre la migración y discutir la teología de la migración.

Organizado por Missionsakademie, en varias sesiones y talleres escuchamos a varias organizaciones que trabajan con inmigrantes en Hamburgo. Fue un encuentro inspirador de iglesias europeas autocríticas e iglesias africanas seguras de sí mismas. Ambos vivimos en un contexto donde la migración está en lo más alto de la agenda.

La relación entre las iglesias africanas y europeas tiene una larga historia. En los últimos tiempos nos sentimos hermanos y hermanas en Cristo, como parte del mundo ecuménico, también reconocemos la esclavitud, el racismo y el pasado colonial como graves errores. Para presente y futuro, nos enfocaremos en encontrar esa misma base del mismo Evangelio: es más lo que nos une que lo que nos divide.

Son muchos los principios que nos unen: la Biblia, la fe en el Dios Trino, el ethos cristiano, la creencia de que las personas, como seres creados y portadores de la imagen de Dios, somos iguales y que la creación nos es dada como una casa común en la que las personas son libres de emigrar, tal como lo testifica la Biblia en muchos lugares.
La migración está intrínsecamente conectada con la teología. Se requiere una nueva teología más profunda de la migración para tomar una posición de fe y de iglesias en el campo de la migración. Esta teología debe ser desarrollada y discutida en las iglesias de los países de emigración e inmigración juntos.

Las personas se ven impulsadas a migrar en busca de un futuro mejor. Quienes desarrollan las posiciones políticas en ambos continentes deben crear nuevas regulaciones que aborden las barreras para acceder a vías legales y trabajar para garantizar la dignidad de los migrantes. En todos nuestros enfoques y en cuanto al desarrollo e implementación de políticas sobre migración, todos reconocemos que la criminalización de la migración es una violación directa de cómo entendemos el Evangelio.

Reconocemos y apreciamos el trabajo que están haciendo las iglesias en África y Europa para abordar la difícil situación de los migrantes. Si bien las iglesias siempre han tratado de brindar refugio, protección, aceptación y amor a los migrantes, manteniendo vivas las enseñanzas de nuestro Señor Jesucristo sobre cómo debemos tratar a los extraños en nuestras comunidades, reconocemos que los estereotipos racistas aún existen entre nuestros miembros y estructuras. No podemos decir que las iglesias en los países que experimentan la inmigración representen una mayor diversidad en membresía y liderazgo. Esperamos que la cooperación futura de AACC y CCME facilite una mejor cooperación, apertura e inclusión de las iglesias para abordar los desafíos de la migración.

Las conclusiones de la conferencia son:

⦁ La migración siempre ha sido parte de la experiencia humana, lo seguirá siendo y es parte integral de la historia bíblica. Las iglesias y los gobiernos, dentro de sus respectivos medios, tienen la responsabilidad de garantizar que las personas migren con dignidad y que cuando los migrantes lleguen a los países de acogida, sean recibidos con compasión y empatía.

⦁ Para todos los países e iglesias involucrados, la migración irregular es un verdadero desafío: demasiadas personas mueren, son explotadas, lastimadas y traumatizadas. Algunos regresan con las manos vacías y avergonzados después de mucho tiempo, o permanecen en situaciones insoportables por miedo a la vergüenza. El asesoramiento y la reintegración es un proceso difícil, pero todos debemos unirnos para garantizar que se lleve a cabo el apoyo psicosocial, la integración y la reintegración adecuados de los migrantes.

⦁ Reconocemos que el racismo es uno de los principales factores que contribuyen a la difícil situación y el trato desigual de los migrantes, especialmente los afrodescendientes. El racismo es un pecado. Todos los comportamientos y respuestas racistas a la migración nunca deben tolerarse. Nos oponemos a la deportación y el transporte forzados de los solicitantes de asilo, incluidos los afrodescendientes, a lugares de África, por ejemplo, el acuerdo entre el Reino Unido y Ruanda.

⦁ Los migrantes son parte de la humanidad y la criminalización de la migración es contraria al Evangelio. Alentamos a las iglesias de todo el mundo a oponerse a las políticas que avanzan en esa dirección.

⦁ Nuestra tarea es desalentar la migración irregular y combatir la trata de personas, prácticas que impiden que muchas personas experimenten el amor y la bondad de Dios. Incluso en esto, debemos aumentar nuestro enfoque en abordar los factores de empuje y atracción que hacen que las personas migren incluso en formas que ponen en riesgo sus vidas. Estos incluyen la pobreza, los conflictos y las guerras, la crisis climática y todas sus consecuencias, y la inaccesibilidad de las vías legales.

⦁ Los legados de la esclavitud de los africanos, el colonialismo y las misiones coloniales tienen implicaciones significativas para los migrantes africanos que se desplazan en busca de mejores oportunidades o huir del peligro a Europa. Nosotros, representantes de iglesias en África y Europa, necesitamos trabajar juntos y promover la descolonización del sistema económico, la teología y la educación, y poner fin al neocolonialismo.

⦁ Las iglesias africanas y las comunidades migratorias en la diáspora deben abordar el racismo, la discriminación intra-africana y las divisiones.

⦁ La Campaña de la Conferencia de Iglesias de Toda África sobre “África. Mi hogar. Mi futuro”, es un enfoque estratégico para fomentar la confianza de los jóvenes en que pueden construir un gran y próspero futuro en África. Esta campaña debe ser intensificada y apoyada por las iglesias europeas.

⦁ Las iglesias deben abogar por que sus gobiernos respeten la protección de los derechos humanos al abordar los problemas de migración.

AACC y CCME hacen un llamado a todos sus miembros para que continúen cooperando en el desarrollo de la teología de la migración para abordar los problemas de migración como socios iguales, en cooperación con el CMI y otros socios ecuménicos. Fortaleceremos nuestros lazos en la firme creencia de que esto es lo que nos pide el Evangelio, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén

Asamblea General de Pro-Hispania 2023

Asamblea General de Pro-Hispania 2023

El pasado 16 de marzo, se celebró en Lausanne, Suiza, la Asamblea General de Pro- Hispania, a la que asistió, en representación de la Comisión Permanente de la IEE, Dámaris Ruiz deMiguel.
Pro-Hispania es una asociación que nace en 1960, en Francia y Suiza, y que hereda el trabajo de la Misión Francesa del Alto Aragón que en 1945 se une al Comité Suizo de Ayuda a la Iglesia Evangélica. Desde 2011 trabaja sólo en Suiza, pero continúa la publicación «Etoile du Matin», que se hizo centenaria en el año 2009.
Pro-Hispania es un interlocutdr que ha informado a las iglesias y organismos ecuménicos en Francia y Suiza francófona de la situación de los protestantes españoles y de sus
proyectos, desde su nacimiento.

Las riquezas de las relaciones: la diáspora de la iglesia una misión común

Las riquezas de las relaciones: la diáspora de la iglesia una misión común

Revista Focus CEPE, Junio 2022 CEPE (Comunidad de Iglesias Protestantes de Europa)
Articulo I
I. La existencia de la iglesia. Vocación de la iglesia.
a. La iglesia minoritaria o la comunidad minoritaria se enfrenta a retos y, en algunos casos, a grandes problemas. Sin embargo, hay que hacer una distinción entre los retos tangibles y concretos, como la falta de recursos humanos y económicos, y otros problemas como posibles trastornos de la autoestima y las constantes preocupaciones por el futuro, cuyas consecuencias sobre el comportamiento, la capacidad para pasar a la acción y el potencial de eficacia pueden sentirse, no obstante, como igual de tangibles.
b. En ambos casos, desafíos reales y posible alteración de la autoestima, es conveniente encontrar soluciones. En esta fase es precisamente cuando interviene la reinterpretación del concepto de diáspora, pudiendo transformarse en un verdadero apoyo. La noción, que puede expresarse en sentido figurado, tiene la capacidad de permitir a la Iglesia poder mirarse a sí misma y a los demás, desde el sentido y la misión. De este modo, la Iglesia que se concibe como Iglesia en la diáspora puede vislumbrar nuevas perspectivas, nuevas posibilidades de actuar y un nuevo potencial para el futuro.
c. Una interpretación positiva del concepto de diáspora se adapta, por tanto, a una nueva comprensión de uno mismo, pues el concepto se basa en la idea de que la Iglesia tiene una vocación de estar en el mundo pudiendo ofrecer una demostración muy concreta de ello por su sentido figurado.
d. Notas sobre el concepto de diáspora
La diáspora, con el sentido de diseminación, expresa una relación fundamental entre la Iglesia y el mundo, entre la Iglesia y la humanidad. Así, la idea de que la Iglesia está diseminada pone de relieve que vive en el mudo, en medio de este y en relación con los seres humanos.
En este sentido, que la Iglesia esté diseminada por Dios para que dé buenos frutos tanto para ella misma como para los demás significa que, en tanto que Iglesia diseminada, explora vías para ser testigo con palabras y con hechos de la Buena Noticia de la voluntad universal salvadora y del amor de Dios.
Los dos elementos – el hecho de estar por definición diseminada, así como la misión eclesial- conducen a la Iglesia a llevar una vida de relaciones que le permite ser capaz de cumplir la voluntad del amor de Dios y, entonces, de vivir su propia diseminación. Así pues, la diáspora simboliza el envío de la Iglesia a la misión en el mundo y con la humanidad.
Según el concepto de diáspora presentado aquí, el sentido y la vocación de la diáspora se encuentran en el establecimiento consciente de relaciones enmarcadas en el seguimiento de Cristo, lo cual se expresa mediante el principio rector de la Iglesia con los demás y para los demás.

Si la Iglesia se entiende como diáspora en el sentido de diseminación en el mudo, el reflejo de esto es su vocación. El concepto de diáspora, utilizado en sentido positivo, puede por tanto convertirse en un concepto teológico rector para las Iglesias.
Artículo II
II. A La iglesia de Jesucristo en el mundo: origen común de la diseminación
Diseminación e iglesia de Jesucristo
a. Si la diáspora expresa la vocación de la iglesia, en singular, y la simboliza, esto implica claramente que ninguna iglesia particular puede pretender ser ella la única a la que Dios disemine en el mundo. La iglesia no se da a sí misma su propia vocación, sino que su vocación le es dada. La iglesia de Jesucristo es diseminada por Dios en el mundo para comunicar el Evangelio de la Buena Noticia de la venida del Reino de Dios, como voluntad salvadora y del amor de Dios por el mundo. Cada iglesia que se pone en marcha y que se integra en la diseminación es partícipe de la iglesia de Jesucristo y, por tanto, de su diseminación. En tanto que iglesia de la diáspora, cada iglesia tiene los mismos derechos de participación en una amplia comunidad con la que comparte un mismo origen.
Retomando las palabras de uno de los Padres de la Concordia de Leuenberg, documento fundador de la Comunión de Iglesias protestantes de Europa, el concepto de diáspora contiene una gran fuerza expresiva que no se limita a la situación de las pequeñas minorías confesionales sino que, al contrario, responde a la situación fundamental de la cristiandad en el mundo (Wilhelm Dantine).
Pensar en la diáspora de manera ecuménica
a. Así bien, la Iglesia de Jesucristo está diseminada en el mundo, en las situaciones y contextos más diversos. Con arreglo a su tradición confesional y su historia, las Iglesias pueden concebirse como diferentes aspectos y elaboraciones de una misma diseminación sin poder negar o contradecir que las demás hayan sido co-diseminadas. A pesar de sus diferencias a nivel de herencias culturales, así como de tradiciones confesionales y, sin embargo, precisamente por el hecho de estas diferencias, las Iglesias pueden reconocer y afirmar su vínculo de filiación por la diseminación.
b. Por la diseminación común, la identidad de la diáspora procede de una estructura fundamentalmente ecuménica y que lleva al ecumenismo. De esta forma, si las iglesias se consideran todas ellas como diseminación de Dios en el mundo, esto podría ayudarles a superar las diferencias y las tensiones en sus relaciones que las separan, y a iniciar nuevas vías.
c. Por otra parte, tanto las iglesias mayoritarias como las minoritarias pueden descubrir, gracias al vínculo ecuménico que trasciende sus situaciones particulares, que no son las únicas que pasan por lo que están pasando. De este modo, son conscientes de los retos a los que se enfrentan otras iglesias, constatando que se trata de desafíos similares, o incluso más importantes que los suyos: es probable que si saben gestionarlos de manera creativa, esto podría darles ideas y abrirles un campo de aprendizaje.
¡La diáspora, lejos de ser un proyecto limitado a una confesión, es un proyecto ecuménico!
Posibilidades de la comprensión ecuménica de la diáspora: sugerir ideas y abrir campos de aprendizaje
a. Efectivamente, la diáspora siempre trasciende la situación particular, además de los orígenes culturales y nacionales de una Iglesia. Considerarse como Iglesia en la diáspora puede permitir mirar más allá del propio campo de visión, salir de un contexto específico y una lógica interna. Las experiencias y los distintos puntos de vista de otras Iglesias pueden convertirse, así, en una fuente de inspiración para la reflexión personal y ofrecer un campo de aprendizaje para todos. De este modo, la diversidad de experiencias y de enfoques de cada Iglesia se transforma potencialmente en ánimo y en un recurso para otras. Mediante el concepto de diáspora, el ostensible pluralismo se percibe de manera positiva.
b. Comprender la iglesia como diseminación constatando la sólida unidad que resulta de ello, permite considerar a las otras Iglesias más bien como iglesias hermanas. Por su propia esencia, la diáspora debe tender a buscar la relación con los hermanos y hermanas en la fe, y después colaborar con ellos y ellas en la construcción de sus relaciones.


La diáspora contribuye a establecer una red de Iglesias a escala internacional. Un intercambio semejante permite intentar resolver los problemas europeos y aportar soluciones globales a los mismos. Un ejemplo de esto es el fenómeno de los “eurohuérfanos”: los países de Europa occidental atraen personas de otros países más desfavorecidos económicamente como Rumanía o Eslovaquia, para ocuparse generalmente como cuidadores de una población que está envejeciendo. Estas personas apenas vuelven una vez al año a sus países de origen y hay toda una generación que está creciendo sin sus padres biológicos: la llamada “generación de los eurohuérfanos”. Puesto que el problema supera las fronteras de diversos Estados, las iglesias únicamente pueden contribuir a resolverlo actuando juntas a escala continental.
Iglesias de la diásporas y de de vanguardia: aprender de los otros lo que nos concierne a todos
a. Si las iglesias minoritarias se entienden como Iglesias en la diáspora con el sentido explicado anteriormente, entonces pueden considerar sus experiencias previas como un tesoro experiencial para otras, al manifestar todo lo que ya han aprendido y vivido en su situación particular. Pueden ofrecer a otras su bagaje de experiencias como recursos, además de como guía en su camino hacia el futuro. Las iglesias minoritarias tienen un papel precursor desde hace tiempo, ya que en Europa están a la vanguardia y pueden estar orgullosos de ello. De este modo, incluso las Iglesias que aún son mayoritarias pueden volverse a las más minoritarias en busca de ayuda y consejo para inspirarse en sus modos de actuar y de vivir:
Con frecuencia las iglesias minoritarias han sido la prueba durante largos años de que se puede ser una iglesia absolutamente viable y viva, a pesar de los recursos limitados a todos los niveles.


En situaciones a menudo particularmente difíciles y, a pesar de la limitación de los propios recursos, han tomado nuevos caminos y han demostrado igualmente su creatividad para inventar otras maneras de reaccionar ante los desafíos, pero semejante enfoque creativo ha exigido siempre una cierta apertura y un cierto gusto por la experimentación para aventurarse por caminos aún no explorados.
De esta manera, las iglesias minoritarias de toda Europa han aprendido que ni pueden ni deben hacerlo todo. Han aprendido a sopesar y a priorizar para delimitar sus acciones. Frente a tareas importantes han utilizado sus propios recursos y han tenido que demostrar creatividad a la hora de buscar otros recursos extra. Han ido a contracorriente, han convencido a potenciales colaboradores eclesiales y no eclesiales gracias a sus argumentos, han forjado relaciones y tejido redes, creando así efectos de sinergia para lograr su objetivo.
Las Iglesias minoritarias con frecuencia están bien relacionadas a nivel internacional, se comunican entre ellas y mantienen contacto con otras Iglesias de otros países, tanto con Iglesias mayoritarias como con otras minoritarias. De este modo, se benefician al mismo tiempo tanto de un apoyo como de una ayuda externa constructiva.
Las Iglesias minoritarias, que tienen pocos miembros y a veces importantes áreas de influencia, tienen automáticamente múltiples puntos de contacto con el mundo y a menudo son más cercanas a los miembros de la sociedad, a quienes pueden escuchar sin intermediarios. Son, por tanto, de una manera más sencilla, la Iglesia a la escucha que capta los problemas de la gente.
Además, las Iglesias minoritarias tienen la ventaja de vivir sine vi humana, sed verbo, es decir, sin el poder del hombre sino únicamente por la Palabra de Dios. Desprovistas de ese “poder” y sin necesidad de temer por sus privilegios seculares, no poseen más que sus argumentos para convencer a posibles colaboradores o a responsables de la toma de decisiones. De este modo, sine vi humana, sed verbo, la diáspora eclesial puede difundir la verdad del Evangelio en diferentes ámbitos de la vida social y hacerse oír en favor de la paz y la justicia sin tener que preocuparse por otros intereses.

Elegir creer ante cualquier situación
a. Aunque la identidad de la diáspora conduce al ecumenismo y, a pesar de que realidades similares vividas por otras Iglesias puedan servir como recurso y como oportunidades de aprendizaje, la Iglesia sigue siendo la única que puede decidir de qué manera concreta actuar en su contexto como iglesia diseminada.
b. Si bien es cierto que algunas situaciones a veces pueden ser comparables, nunca hay dos situaciones completamente iguales. Los contextos históricos, culturales y políticos de las Iglesias son distintos, los recursos disponibles son también muy diferentes y los imponderables, así como las lógicas, a los que cada Iglesia se ve sometida, influyen en la realización de su propia diseminación. En Europa, varias Iglesias consideradas como Iglesias de Estado, están estrechamente ligadas a sus países, incluso desde el punto de vista institucional (por ejemplo, en Dinamarca), otras gozan igualmente de importantes privilegios por parte del Estado, especialmente como colectividades de derecho público (p. ej. en Alemania), y otras se encuentran todavía desprovistas de cualquier apoyo de los poderes públicos (p. ej. en una gran parte de Francia). Asimismo, ¡los problemas y necesidades de los países tampoco son idénticos!, de manera que las posibilidades de actuar son distintas para cada Iglesia, según su situación específica en el país y para cada comunidad local. Por tanto, es necesario sopesar los pros y los contras, priorizar en función de cada situación concreta e, imperativamente, demostrar creatividad, tanto para gestionar los recursos como para explorar nuevas vías.

Traducción del francés. Arts. I y II Augusto G. Milián y Teresa Baquedano
En prepararación la traducción del francés del Art. IIb Gabriella Leal

Reunión Consejo de Dirección de la Sociedad Bíblica

Reunión Consejo de Dirección de la Sociedad Bíblica

El Consejo de Dirección  de la Sociedad Bíblica mantuvo su primera reunión de 2023, el pasado día 18, en su sede  de la C/ Áncora 23,  esquina C/ General Lacy.

Una sesión de trabajo en al que se abordaron temas pendientes  como la elección de  vicepresidente del Consejo. Por unanimidad, salió elegida Lidia Rodríguez que, junto con Manuel Álvarez  asumirán la dirección durante los próximos dos años.

Se analizaron  y recibieron los informes  de Comunicaciones y presencia de la Entidad,  el informe de publicaciones, la presentación de nuevos proyectos, así como el seguimiento de los proyectos en desarrollo, el informe económico 2022 y el presupuesto 2023. 

Un diverso y armónico  equipo de hombres y mujeres al servicio de la obra misionera de la Sociedad Bíblica en España.