El grito final del abandonado de Dios. Mateo 27: 32–56 (Barcelona, viernes 7 de abril de 2023)

El grito final del abandonado de Dios. Mateo 27: 32–56 (Barcelona, viernes 7 de abril de 2023)

Hoy es el viernes santo, el día que conmemoramos la crucifixión del Señor. Y nuestra meditación en la Palabra para hoy, se basa en Mateo 27: 32–56.
Nosotros hemos leído y hemos escuchado el evangelio de Mateo. Y con ello participamos de lo que se hace en las comunidades cristianas desde el primer siglo: somos llevados por el relato del evangelio hasta el momento final de la vida de Jesús de Nazaret. Es importante recordar lo que estamos haciendo: hacemos memoria de lo pasó en el Gólgota, escuchamos el relato del evangelio y meditamos en lo que nos dice. Esto lo hacemos como parte de una tradición, como algo que hacían las comunidades cristianas desde el siglo 1.
Recordemos que el evangelio de Mateo se escribió en los años posteriores al año 80 d.e.c. y que se leía en las comunidades cristianas en muchos lugares del imperio romano (se sabe que Mateo fue el evangelio que más se difundió) y que, por tanto, la lectura del evangelio ante toda la comunidad era la manera de hacer presente la vida, la muerte y la resurrección de Jesucristo. Es así como participamos de la conmemoración: escuchando el evangelio y entrando en ese itinerario. Seguimos a Jesús y caminamos en pos de sus pasos.
Escuchamos sus enseñanzas y miramos cómo cura a cojos y ciegos. Nos asombramos de la manera como nos habla del reino de los cielos y queremos participar de ese mundo nuevo de Dios. Y toda la vida de Jesús conduce hasta este momento, según nos lo muestra Mateo. Todos los caminos de Galilea y Judea, siguiendo a Jesús, nos han llevado a Jerusalén y a los días tan intensos y finales de Jesús, donde sigue curando a los enfermos y hablándonos del reino de Dios que abre sus puertas desde el perdón y la inclusión de todos, comenzando por los más pequeños del
mundo, comenzando por los perdedores de siempre.
Pero el final es oscuro. Muy oscuro.
Hemos de recordar que este relato habla de aquello que confiesan los cristianos que escuchan la lectura de Mateo. Y lo han hecho por décadas, a lo largo del imperio romano: son cristianos quienes confiesan que ese hombre crucificado, ese despojo humano, es su Señor, es su Dios, de modo definitivo. Y están locos esos cristianos, son insensatos, porque creen en algo simplemente increíble, algo que nadie puede tragarse en su sano juicio.
Pero nosotros escuchamos el relato de Mateo: Jesús es traicionado por sus más allegados, sus más fieles: por 30 monedas de plata es vendido por su amigo; antes de que cante el gallo es negado por su mejor amigo, que así salva su pellejo. Jesús es sometido a juicio sumario, con todo el peso del poder que ha decidido matarlo. Y es sometido a la flagelación romana, para ser crucificado enseguida. Es objeto de la burlas, del escarnio, de los militares romanos. También es objeto del escarnio de la gente que pasa, que lo observa colgando de la cruz.
Este es el relato de Mateo, que quiere que veamos claramente que la muerte de Jesús es el rotundo fracaso del hombre de Dios. Jesús es el abandonado de Dios, lo que en judío quiere decir el maldito de Dios.
El evangelio nos coloca en la más profunda oscuridad, porque es aquí donde ocurre lo central para la fe cristiana. En esa ejecución está el Hijo de Dios y es ese Hijo de Dios quien muere como un auténtico despojo humano. El Hijo de Dios muere como la basura del mundo: ¿cómo mueren los y las que son desecho de la sociedad? ¿Cómo cae la violencia e impiedad de nuestra sociedad sobre los olvidados de los olvidados?
Pero Jesús se mantiene bastante callado. Casi no dice nada ante Pilato (27: 11) y luego no hallamos palabras suyas en todos los versos siguientes. Jesús es azotado, es humillado y recibe escupitajos, es obligado a cargar con el travesaño de la cruz, donde le clavarán. Pasan las horas. Y entonces somos testigos del grito de Jesús: Alrededor de la hora nona Jesús prorrumpió en un grito tremendo: —Eli, Eli, lema sabaktani, que se traduce: «Dios mío, Dios mío, por qué me has abandonado» (27: 46, Piñero: Los libros del Nuevo Testamento) Mateo lo relata así. En los labios de Jesús está el grito del salmista, el inicio del Salmo 22:
Dios mío, Dios mío, / ¿por qué me has abandonado?, / ¿por qué no
vienes a salvarme?, / ¿por qué no atiendes a mis lamentos? / Dios mío, /
día y noche te llamo, y no respondes / ¡no hay descanso para mí! (Sal 22: 1–2)
Este es el grito de Jesús, colgado de la cruz. Es el grito que clama a Dios, a un Dios que no le responde nada, a un Dios que no aparece por ningún lado. Esa ausencia de Dios se expresa también en los comentarios y las burlas de quienes miran la escena:
—Este llama a Elías.
Y sin más uno de ellos salió corriendo, tomó una esponja, la empapó en vinagre, la clavó en la punta de una caña y le ofrecía de beber. Los demás
decían:
—Quita, veamos si viene Elías a salvarlo. (27: 47–49)
Elías era el profeta del fin del mundo, que estaba muy presente en la devoción popular judía. Su llegada era esperada con la ilusión de quienes ya no tienen más que ilusiones porque la realidad es oscura. Y Elías no llega para salvar a Jesús, no aparece para desclavarlo de la cruz.
Es la hora más oscura, es la prevalencia de las tinieblas más oscuras. Es el infierno de todo aquel, de toda aquella, que vive y muere en el mundo como despojo humano, como abandonados u olvidados por Dios. Entonces, Mateo nos relata el final de Jesús:
Jesús dio de nuevo un alarido y entregó el espíritu (27: 50)
Y nosotros somos la comunidad de creyentes que escuchamos el relato. Y el evangelio nos dice que así muere Jesús: como el abandonado de Dios.
Y este abandonado de Dios no ha abandonado a Dios. Sus gritos desde la cruz siguen clamando a Dios, aunque Dios no le responda. Sus gritos rezan el Salmo 22, que claman a un Dios que no aparece, pero que rezan porque siguen esperando en el Dios que viene, en el Dios que cumplirá fielmente con su promesa.
¿Por qué, en Mateo, aparece este verso que dice que Jesús da un alarido, un grito final, antes de morir? Porque este grito de Jesús en la cruz es el grito de cada hombre y mujer que también han sido y son un despojo de humanidad. Este grito de Jesús es el grito de cada muerte injusta y de toda la violencia del mundo. Este grito es el grito silenciado de Abel, asesinado por su hermano Caín. Este grito es el grito de cada mujer asesinada por el cobarde abuso de hombres que cometen los feminicidios. Es el grito de cada niño y niña, abusados y explotados hasta el asesinato de su alma y su cuerpo. Es el grito final que nos atraviesa a todos, seamos o no conscientes de ello.
Porque también nosotros, aún cuando no estemos en ese lugar de violencia y opresión de los pequeños del mundo, también nosotros hemos sido ese grito. Porque todos hemos sido un grito por la noche, un grito que clama y que reclama un amor que le abrace y le proteja. Y en ese grito de la noche reside la dignidad de lo humano, en ese grito hay alguien que no es más que ese grito, pero que clama por una respuesta, por una respuesta que no sea la impiedad, la injusticia del interés y del poder.
Y Mateo quiere que escuchemos el relato de la muerte de Jesús, quien muere en ese grito que se queda en el silencio de la noche, en la noche del abandono de Dios. Pero Jesús muere creyendo, confesando a Dios, desde su grito final. Y eso es simplemente algo increíble, algo que no se puede entender, porque es algo que ya no pertenece a las posibilidades del mundo.
Por eso Mateo (vs. 51–53) habla del terremoto, del velo del templo que se rasga y de los muertos que resucitan: porque una vida irrumpe a partir de esa muerte, una vida que es trastocamiento del mundo, final de toda religión y victoria sobre la muerte.
Es Dios quien muere en el abandonado de Dios. Es Dios quien grita desde la cruz. Es Dios quien está en el grito de cada crucificado. Es Dios quien cuelga de la cruz y en ese grito se redimen todos los gritos de los más pequeños del mundo.
Esto es lo que confiesa un pagano, como es el centurión, quien al pie de la cruz dice «Verdaderamente este era Hijo de Dios» (v. 54). Ese pagano, ese
centurión somos muchos de nosotros, que formamos parte de la comunidad de creyentes que escucha el evangelio de Mateo. Y decimos que sí, que es verdad lo que dice el evangelio: que ese crucificado es nuestro Señor, es mi Dios.
Esto lo expresa muy bien mi amigo José Cobo: ―Lutero dijo que un cristiano es aquel que, al pie de la cruz, llega a confesar: «este es Dios —este es mi Señor». Hoy en día, y recurriendo a la jerga adolescente, podríamos decir: «este pellejo es el puto amo»‖.
Y nosotros escuchamos el relato de la crucifixión desde la experiencia pascual, desde la fe que comenzó a testificarse a partir de la resurrección de Jesús. Y esa fe nos fue dada por el testimonio de otros, como esas mujeres que estaban allí mirando desde lejos (v. 55).
Nosotros somos esas mujeres o somos ese centurión. Estamos también rodeados de oscuridad, de injusticias. Y miramos al que da un alarido en medio del silencio del mundo. Y la fe que nos fue dada nos dice que en ese alarido está Dios, en ese grito está la esperanza del mundo.
Que el Señor nos ayude a creer, que nos ayude a mirar con esos ojos del evangelio de Mateo. Que nos ayude a escuchar ese grito en los otros gritos que claman por el mundo. Que nos ayude a confesar lo que es inconfesable, lo que es increíble. Porque Jesús murió creyendo, confiando en la promesa de Dios.
Amén.

Víctor Hernández Ramírez

L’església evangèlica de Betlem de Barcelona celebra 150 anys de cohesió social al barri

L’església evangèlica de Betlem de Barcelona celebra 150 anys de cohesió social al barri

L’església evangèlica de Betlem de Barcelona celebra cent cinquanta anys d’història. Tot va començar amb l’obertura d’una escola metodista al barri del Clot l’any 1871, que va anar seguida de la conformació de la primera comunitat metodista a Catalunya. Una comunitat que continua activa després de superar tràngols com la dictadura del general Franco, quan la seva església va ser cremada i les seves creences perseguides. La comunitat viu aquest aniversari com una invitació del Senyor a caminar. “Déu hi ha estat sempre amb nosaltres, ha compartit les seves benediccions, ens ha sostingut i ens ha donat forces”, diu Víctor Hernández, actual pastor de l’església evangèlica de Betlem.

Hernández explica que durant l’any 2022 s’han organitzat diverses activitats per commemorar els cent cinquanta anys de la comunitat. “El culte d’aquest diumenge ha estat la cloenda d’una festa que ha tingut diversos actes durant aquests mesos”, explica Hernández. S’ha organitzat un dinar popular; un concert que ha comptat amb la interpretació de la pianista Yoko Suzuki; i la projecció de Protestants: la història silenciada, un documental dirigit per Sergi MartíDavid Casals i Júlia Solé sobre la persecució de les esglésies evangèliques històriques a Catalunya. Totes les activitats han estat de lliure accés i gratuïtes per als veïns del barri.

I és que la seva Església ha interactuat amb els veïns des d’un bon inici. Aquest mateix interès per servir i estimar als ciutadans que viuen escenaris de vulnerabilitat diversa és el que els ha portat a implicar-se en el teixit associatiu català. Han treballat amb altres associacions i fundacions que donen suport a diverses causes en defensa drets humans. I és per això mateix que, enmig de tanta celebració, aquest novembre la comunitat també ha rebut la medalla del districte de Sant Martí. “com a anècdota, enmig de tanta celebració, aquest novembre també hem rebut la medalla del districte de Sant Martí”.

La Federació d’Entitats del Clot i Camp de l’Arpa va proposar l’Església Evangèlica de Betlem per a la categoria de ‘Medalla commemorativa d’or’. Per a Hernández es tracta d’una «anècdota» de la celebració, però assegura que estan molt contents pel premi. «No tant per la medalla, sinó perquè veiem que els ciutadans ens reconeixen com a persones que volen deixar una empremta positiva», diu. Parla d’una empremta com a ciutadans «compromesos amb el diàleg, la cohesió social i la participació en projectes que donen suport a persones que es troben en situacions de pobresa”.

Una comunitat resilient

D’històries se n’han viscut moltes durant aquests anys. Tanmateix, com a moment dur “recordem els anys de la dictadura, on es va tancar i destrossar la nostra església, malgrat això la comunitat es reunia de manera clandestina i es va mantenir forta”, descriu Hernández.

Ester Marí, membre de la comunitat de l’església de Betlem, relata al documental Protestants, la història silenciada,  com se celebrava durant els anys de dictadura a porta tancada, en la clandestinitat.

Un altre membre de la mateixa comunitat, i que guarda records de bona part d’aquest període és Aurora Ferrer. “Ha estat molt bé fer una exposició d’imatges a l’acte de cloenda, ara cal classificar-les correctament als sobres per quan les tornem a necessitar”, diu mentre endreça les fotografies que ha deixat per a ser mostrades al culte de diumenge. Tot i que ella també recorda els temps de dictadura, destaca altres moments: “Per a mi va ser molt important el moviment de l’Esforç Cristià, vaig començar a participar d’aquestes trobades que agrupaven a totes les esglésies d’Espanya i Catalunya el gener del 1961, llavors tenia catorze anys, ara estic a punt de fer-ne 76!”.

Un altre record que conserva Ferrer són els cultes en català. “En la dictadura estaven prohibides moltes coses, també parlar en català…  just començar l’any 1967, ens vam començar a moure per impulsar el català”. L’Església de Betlem va programar reunions, i conferències “de persones de renom com Josep Maria Espinàs i altres persones catalanistes de Els Setze Jutges”. De la mateixa manera, “impartíem classes en català per a tot aquell qui el volgués aprendre”, relata Ferrer. Però, per sobre de tot, el que emociona Ferrer és memorar com per fi podia cantar en català i celebrar en català. “Penso que vam ser la primera església de qualsevol denominació de fer cultes en català”, diu.

La celebració dels 150 anys no ha de ser nostàlgica. Es mostra ferm Alfredo Abad, pastor i president de l’Església Evangèlica Espanyola, sobre aquesta festa. “Ha de ser una aposta per les llibertats davant la barbàrie de l’exclusió, del sexisme i de qualsevol barrera que senti una persona a l’hora de viure en plenitud la seva fe”, diu. Per a ell, aquesta celebració és “un homenatge a tots aquells que, immersos al seu barri, van contribuir a una millor cohesió social”.

Avui i demà

De manera paradoxal ha passat que “quan estava prohibit el nostre culte, i ens perseguien, ens apedregaven, ens manteníem vius i fins i tot vam créixer amb nombre de membres; en canvi amb la democràcia, hem anat minvant en membres”, explica Hernández. Un dels reptes presents amb el que es troba l’Església de Betlem és “que siguem capaços de mantenir-nos igual de vius i amb la mateixa il·lusió que en els temps de dictadura”.

A més a més, Abad afegeix tres reptes. El primer és “continuar defensant la llibertat religiosa, la pluralitat és una riquesa, i ens hem de mantenir ferms davant la defensa dels drets d’aquest pluralisme. 

El segon consisteix en oferir un pensament teològic lliberat que garanteixi a tothom la seva espiritualitat de ple dret. Sense importar l’origen, el sexe, la identitat sexual, el poder adquisitiu o qualsevol altra diferència. “Hem de defensar la justícia de gènere, la justícia climàtica, la justícia amb els migrants”, diu. “Que no ens espanti, que no ens tremoli el pols”, rubrica.  Hernández està d’acord alhora que preocupat  perquè veu que en l’àmbit polític hi ha cada vegada més protagonisme de l’extrema dreta. Un fet que també afecta altres esferes vitals com la religiosa: “Hi ha esglésies evangèliques que s’hi han sumat i això va en detriment de la defensa de drets i igualtats”.

Finalment, com a tercer repte, Abad menciona el de la cohesió social. L’església evangèlica vol contribuir al patrimoni de solidaritat i hospitalitat de la societat. “No podem cedir a la dictadura de les desigualtats perquè l’Evangeli no ens ho permet”, conclou.

Un inici que recorda al d’Anglaterra

Carme Capó, historiadora i autora del llibre L’Obra metodista a Catalunya i les Balears, qui també ha participat en la cloenda de diumenge, explica que el naixement del moviment protestant a Catalunya recorda al sorgiment del moviment metodista del s. XVIII a Anglaterra. “El metodisme neix als carrers, a les fàbriques, a les tavernes,  a una Anglaterra que viu una revolució industrial i deixa una massa de persones desvalgudes i desateses.” Va ser llavors quan dos pastors anglicans George Whitefield i John Wesley comencen a predicar a persones que es troben desvalgudes a Anglaterra “donen una resposta de fe davant de la desesperança de persones que estan tristes, desconsolades, de vegades abocades a l’alcohol perquè no podien suportar el patiment de tantes hores laborals.”

Catalunya segueix els passos de la revolució industrial iniciada a Anglaterra. I també té un inici semblant en l’aparició del protestantisme. “El Clot havia crescut ràpidament en el s. XIX, amb les fàbriques tèxtils i el ferrocarril, va ser llavors quan William Thomas Brown, un missioner metodista anglès, arriba a Barcelona”, descriu Capó.

El pastor anava a les tavernes on s’aplegaven els obrers “parlava amb ells, i escoltava les seves penes, els sous ridículs amb els quals se’ls feia difícil tirar la família endavant, i també els parlava de l’Evangeli, de Jesús com a font d’alliberació, i va donar a conèixer la figura de Luter i el protestantisme als catalans”, continua Capó.

A finals de 1871, Brown informa que ha obert una escola per a nens i nenes, “per atendre les necessitats d’aquells obrers que estaven deixats de la mà de Déu”. Alfredo Abad, pastor i president de l’Església Evangèlica Espanyola, esmenta que Brown insistia en l’educació “especialment en la de les dones perquè deia que a la ignorància s’amaguen els que estan enemistats amb la llibertat de l’Evangeli”.

Posteriorment, el 13 de gener de 1872, Brow anunciarà la creació d’una comunitat protestat metodista que llavors només comptava amb 8 membres. Avui dia, la comunitat de l’Església evangèlica de Betlem compta “amb 40 membres”, declara Hernández.

—-Publcado originalmente en https://www.catalunyareligio.cat/ca/esglesia-evangelica-betlem-barcelona-celebra-150

Sis dècades distingint persones, entitats i projectes dels barris de Sant Martí

Sis dècades distingint persones, entitats i projectes dels barris de Sant Martí

L’Auditori de Sant Martí (pl. Angeleta Ferrer, 2) torna a ser l’escenari de l’acte de lliurament dels guardons dels Premis Sant Martí, corresponents a l’any 2022, que arriben enguany a la 60a edició.

El reconeixement públic dels guardonats i guardonades es durà a terme divendres 11 de novembre a les 18 h  en un acte, que comptarà amb els serveis d’interpretació de llengua de signes i de subtitulació en directe que es podrà seguir en directe a les xarxes socials amb l’etiqueta #PremisSantMartí i pel canal YouTube del Districte de Sant Martí.

Aquestes distincions reconeixen el treball realitzat per entitats i la ciutadania del districte que han tingut especial rellevància o han esdevingut d’interès públic. En l’edició d’enguany, s’han atorgat els tres Premis principals, tres Medalles de Sant Martí, i quatre Medalles commemoratives (vegeu-ne l’acta a l’espai “Adjunts”).

Premi Sant Martí, modalitat individual
Sra. Montserrat Pocurull Pato
Pel seu recorregut com a esportista i impulsora d’innombrables iniciatives a redòs del Club d’Atletisme Kanaletes i la Fed. Coord. d’Entitats del Poblenou.
A proposta de la Fed. Coordinadora d’Entitats del Poblenou.

Premi Sant Martí, modalitat col·lectiva
Centre d’Estudis de Sant Martí de Provençals
Per la seva perseverança i dedicació per protegir i difondre el patrimoni històric i artístic dels barris de la Verneda de Sant Martí.
A proposta l’Assoc. de Veïns i Veïnes de Sant Martí de Provençals.

Premi Sant Martí, modalitat de Promoció Econòmica
Revista “El Poblenou”, de l’Assoc. de Veïns i Veïnes del Poblenou.
Per la seva tasca reivindicativa i de promoció de la vida associativa, entesa com a impulsora dels aspectes relacionats amb la dinamització del barri.
A proposta de la Fed. Coordinadora d’Entitats del Poblenou.

Medalla Sant Martí, modalitat del Món del Treball
Pastisseria Maresma
Per la seva constància en la qualitat en l’elaboració de productes de pastisseria de tota la vida des del barri del Besòs i el Maresme.
A proposta de l’Assoc. de Veïns i Veïnes Barri del Maresme.

Medalla Sant Martí, modalitat de Cultura
Sr. Robert Nebot i Chiva
Per la seva constància a l’hora de recollir en imatges l’esdevenir de tot un barri al llarg dels anys a redòs de diverses entitats del barri.
A proposta de la Fed. Coordinadora d’Entitats del Poblenou.

Medalla Sant Martí, modalitat de Justícia Social
Sra. Sonia Rodríguez
Per la seva perseverança per l’accessibilitat dels espais públics, com a membre de la vocalia de diversitat funcional de l’Assoc. Veïnal de Sant Martí de Provençals.
A proposta l’Assoc. de Veïns i Veïnes de Sant Martí de Provençals.

Medalla commemorativa d’Or
Església Evangèlica de Betlem, pels 150 anys de la fundació
A proposta de la Federació d’Entitats del Clot – Camp de l’Arpa

Medalla commemorativa de Bronze
Escola Dovella
, pels 50 anys de la fundació
Assoc. de Veïnat de Sant Martí de Prov., pels 50 anys de la fundació
Assoc. de Veïnat del Poblenou, pels 50 anys de la fundació
A proposta pròpia

L’acte estarà presidit per David Escudé, regidor del Districte de Sant Martí, i Marilén Barceló, presidenta del Consell del Districte, i comptarà amb l’assistència d’altres persones representants institucionals i del moviment associatiu dels barris.

La present edició del certamen es va posar en marxa a l’estiu amb la publicació de la Resolució del regidor que va obrir un període presentació de candidatures que va finalitzar el 13 d’octubre.

Publicado originalmente en Barcelona.cat

Concert església de Betlem 150è aniversari

Concert església de Betlem 150è aniversari

Els nostres germans de l’església de Betlem ens conviden!
En el marc de la celebració del seu 150è aniversari ofereixen un concert de piano i flauta dolça el proper dia 22 d’octubre a les 18h al carrer Nació, 24.

Realment val molt la pena, són uns músics extraordinaris.

No ens ho perdem i sapiguem compartir amb ells l’alegria per la celebració del seu aniversari.